Judith Butler contra el género
Actualizado: 12 sept 2020
Deshacer el género. Autor: Judith Butler. Género: ensayo. Editorial: Paidós.
RUBÉN H. RÍOS
Publicado en inglés en 2004, el conjunto de textos que compone este libro tiene diversos orígenes: conferencias, ponencias reescritas, escritos por encargo, ensayos publicados en volúmenes colectivos, nuevas versiones de escritos ya dados a conocer en revistas o en otros libros. Esa heterogénea procedencia, en todo caso, no afecta la coherencia estratégica de la compilación, decididamente orientada a cuestionar las regulaciones normativas de la sexualidad y del género. En la introducción, Judith Butler lo dice de modo explícito y adelanta algunos de los conceptos que pone en juego en los ensayos, pero aun así está lejos de transmitir la radicalidad crítica de sus argumentos, que incluye a la medicina y el psicoanálisis, en la defensa que emprende de los derechos humanos de gays, lesbianas, intersexuales, transexuales y transgénero. A pesar de ello, sería demasiado fácil y reduccionista inscribir estos textos en la llamada teoría queer.
En primer lugar porque, si bien Butler opera subversivamente con categorías sexuales y psicosexuales, su análisis se extiende hasta las teorías del fundamento de la cultura humana, de tal modo que cuestiona – y con insistencia – el tabú del incesto (antes que nada en la versión estructuralista de Lévi-Strauss en Las estructuras elementales del parentesco, que recupera Lacan), y de esa manera a la familia heterosexual que se pretende universal. Por otra parte, el nervio de estos ensayos se afirma en el concepto hegeliano de deseo de reconocimiento traspuesto, por medio de un giro de la relación amo-esclavo, a las formas de sexualidad excluidas de lo humano por la normatividad heterosexual, con lo que plantea una cuestión política pero, más todavía, una ética de respeto irrestricto del Otro. En ese sentido, pone en entredicho la noción de género, a la que considera un producto histórico-social, cuando se torna en dolor para los sujetos.
En cierta medida, Butler apoya su crítica – muchas veces ambivalente y problemática y no siempre a favor de las minorías sexuales – en eso que Foucault, en el primer tomo de Historia de la sexualidad, denomina “dispositivo de sexualidad”, es decir, el encadenamiento serial de relaciones de poder y de saber (y lo uno no está disociado de lo otro) que disciplinan y regulan la vida sexual de los individuos con fines de normatización. Sin embargo, lo que en la analítica foucaultiana se describe en términos de figuras estratégicas, en Butler asume la forma de una guerrilla semiótica que se dirige contra los diagnósticos psiquiátricos sobre trastorno de identidad de género y disfunciones sexuales, las definiciones médico-biológicas de la diferencia sexual, las normas sociales que reglamentan el género, la diagnosis falocéntricas del psicoanálisis lacaniano basadas en el orden simbólico de la ley del padre. Solo que, respecto de la clínica psicoanalítica, Butler entiende que Foucault se equivocó al concebirla como confesión ante un pastor o un juez.
Con todo, el capítulo 3 de Deshacer el género puede leerse como una continuación y una actualización del trabajo de Foucault sobre Herculine Barbin, un hermafrodita del siglo XIX. En esta sección, Butler se refiere a David Reimer, quien se suicidó en 2004 a los 38 años. David nació con dimorfismo masculino pero, siendo bebé, su pene fue accidentalmente destruido durante una intervención médica, de manera que se le reasignó de sexo, se lo convirtió en mujer y luego, en 1997, – mediante inyecciones de testosterona, una mastectomía doble y dos operaciones de faloplastia – nuevamente en varón debido a su malestar en el rol femenino. En este caso se dan cita todos los personajes investidos por el poder-saber acerca de la sexualidad humana (psicólogos, sexólogos, psiquiatras, médicos), los cuales Butler somete a una elucidación implacable.
Publicado en el suplemento de cultura del diario Perfil el 24 de febrero de 2019, con el título “La noción de género en entredicho”.